Preguntando -hace ya algunas lunas- entre mis amistades sobre gustos y preferencias musicales, llegamos a un interesante intercambio de opiniones sobre este pionero grupo norteamericano de principios de los ochenta.
Luego de algunos candentes puntos de vista, el consenso general era más o menos el siguiente: “es realmente triste comprobar que cada vez es más generalizada la tendencia a escuchar las canciones con los ojos.“
Creo que más de uno ha bailado o escuchado alguna vez el tema “never say never” -de corillo muy interesante- en reuniones o discotecas, sin saber a ciencia cierta qué grupo era el autor de la canción.
Hay una parte de la letra que siempre me llamó la atención y dice algo así: “quizás me caerías mejor si durmiéramos juntos”. Puesta de esta manera, uno no pensaría que este título sugiere temas tan serios como el incesto, asesinato, el no tener un lugar para vivir, entre otras serias connotaciones.
Eran tiempos de post punk en Norteamérica. Dada la extraña combinación de una poderosa voz femenina (característica notable de aquella chica indígena de voluminosa apariencia, bastante alejada de la que promociona la industria) con el aire new wave que a menudo caracterizaba la música de la banda, además de la singular -e imprescindible por momentos- presencia de raras pero bien logradas melodías de saxofón (que por momentos hace que parezca jazz lo que estamos escuchando), el quinteto se situaba fuera de contexto, por así decirlo, tanto en imagen como en sonido, y quizás por ser tan originales, inocentes y no comerciales, hoy son vagamente recordados por una mayoría acostumbrada a consumir exactamente lo contrario.
Never say never
El titular de una revista local sería el que sugirió el nombre a esta agrupación: este infería una “escasez de romance” en la ciudad de San Francisco por aquellos días y, basándose en esa idea, determinaron llamarse Romeo Void.
Hasta donde sé, hubieron dos factores -muy comunes por cierto- que terminaron por disgregar a la banda: el usual celo de los otros integrantes hacia la atención que recibe el/la cantante, y desde luego, la falta de apoyo de una disquera (que un poco más y ni siquiera sabía quienes eran los integrantes) hacia una “front-woman” que, digámoslo así, no era la típica anoréxica de cabellos pintados.
Y cito otro que quizás sea el más determinante: el haber llegado a obtener cierta popularidad y éxito -a punta de buenos discos- justo cuando la emisión de videos musicales por televisión comenzaba a coger fuerza, y por ende, la multitud receptora empezaba a escuchar música con los ojos.
La disquera antes mencionada era nada menos que Columbia, la cual no dudó ni un segundo en cerrarles las puertas cuando vio que las ventas -y más específicamente, los videos- de sus sencillos promocionales no alcanzaban el nivel esperado (y eso que se intentó por todos los medios hacerles ver como unos cantantes de pop universitarios, sin conseguirlo).
Hay testimonios de cómo algunos importantes productores (Clive Davis, por mencionar uno) y críticos de la época asistían a sus primeros conciertos interesados en el sonido de Romeo Void, pero apenas veían la “sobredimensionada” apariencia de la cantante que subía al escenario se marchaban inmediatamente.
Prueba de esto anterior es que muchos de mis colegas encontraban la música de este grupo particularmente “adelantada a su época y muy original” -citando sus adjetivos textualmente- hasta que vieron alguno de sus videos en la tele y simplemente perdieron el interés.
Calificada como una banda de New Wave californiana, Romeo Void existe entre 1979 y 1985 pero seamos sinceros: casi nadie sabía de ellos hasta la década de los ’90.
Todo empieza en el Instituto de Arte de San Francisco, al cual Debora Iyall (nativa-americana) había ingresado recientemente. Allí conoce a otros dos estudiantes: Peter Woods y Jay Derrah, que ya tenían una cierta trayectoria musical en grupos menores.
Debora rápidamente se convierte en la cantante del grupo y empieza a incorporar la música a sus poesías y proyectos de arte personales, proyectos en los que trabajaba junto a un -por ese entonces- escultor de nombre Frank Zincavage (que también tocaba el bajo).
En medio de una intensa movida de grupos punk y post punk, los cuatro forman la banda un 14 de febrero de 1979. Casi inmediatamente se les une (prácticamente por accidente) el saxofonista Benjamin Bossi, quien a la larga le daría a la música del grupo ese toque único y omnipresente.
Ya como quinteto, debutan con el single “white sweater” (415 Records, 1980) obteniendo una más que modesta repercusión. De pronto, todo el mundo quería ir a verlos, incluyendo nombres como Ann Wilson o Ric Ocasek.
Fue aterrador. Tocamos en una universidad de Santa Barbara y había toda esta gente de cabellos rubios abarrotando el lugar, y pensé, estos son los que me odiaban cuando estaba en la secundaria! Cuando creces casi sin relacionarte con los demás, porque yo no era blanca, era gorda, y siempre decía lo que pensaba, es algo extraño. Fue como, “uh oh, debo estar haciendo algo mal… les caigo bien!”
Debora Iyall
Derrah deja el grupo: es reemplazado por John Haines (batería) y con él deciden empezar a trabajar en su primer álbum. El -hoy en día- aclamado It’s a Condition (415 Records, 1981) recibe críticas buenas y malas (la mayor parte de estas últimas en el contexto de mezclar new wave con saxofón).
Se puede decir que lo más resaltante de la repercusión que tuvo este disco es que el líder del grupo The Cars, Ric Ocasek, lo escucha por casualidad y producto de ello invita al grupo a grabar en su estudio personal.
De este apadrinamiento resulta el EP Never Say Never (415 Records, 1981), producido por el mismo Ocasek, que se convierte en un enorme suceso en discotecas, clubes y radios universitarias. Esto llama la atención de la disquera Columbia que termina por contratarlos y re-editar este 12″.
El segundo trabajo, Benefactor (CBS, 1982), sigue la misma línea del primero incluyendo como primera canción una versión editada del ya por entonces exitoso “never say never” (la que todos conocemos en video). Sin ser muy acucioso, en algunas canciones ya se puede apreciar una extraña tendencia a la comercialidad, presumiblemente sugerida por la nueva disquera.
Esta tendencia es totalmente confirmada en su tercera producción, Instincts (CBS, 1984), que contiene su tema más “rankeado” en las listas de popularidad: “a girl in trouble (is a temporary thing)”, tema que salió un poco antes del álbum, en versión EP, de la mano de Columbia y que llegó a estar entre los 40 primeros por varias semanas (Debora mencionó alguna vez que este tema, es algo así como una respuesta al “Billy Jean” de Michael Jackson).
A girl in trouble (is a temporary thing)
Para el tiempo en que Instincts estaba en el mercado, la banda había cambiado nuevamente de baterista contando ahora entre sus filas con Aaron Smith. Con el éxito llegan también los problemas: la tensión al interior de la banda empezaba a aumentar, energizada por las constantes presiones que su compañía les imponía, dando por resultado su separación a principios de 1985.
Iyall seguiría temporalemente en la música, pues lanzaría al mercado un disco en solitario al año siguiente -de corte bastante similar al comercial Instincts- significando éste el fin de su etapa en los micrófonos (al menos hasta los 90’s, década en la que forma el dúo Knife on Water) y el regreso a sus labores como artista, poeta y profesora.
Romeo Void se vuelve a juntar en el año 1992 para participar en algunos conciertos benéficos y, de paso, aprovechan este breve retorno para realizar una compilación de sus mejores canciones titulada Warm, in Your Coat (Columbia, 1992).
Posteriormente, en el año 2003, VH1 los haría participar de su conocido programa “bands reunited”, aunque esta vez no contarían con una pieza fundamental entre sus filas: Benjamin Bossi (debido a una total pérdida de la capacidad auditiva), cuya magia al mando del saxofón fue enormemente extrañada por los asistentes y la tele audiencia.
El año pasado, Sony puso en el mercado otra compilación llamada Never Say Never: Hits, Rarities & Gems que contiene diez versiones de sus temas más representativos.
Grupo dueño de un sonido único, que supo mantenerse firme en su propia convicción de hacer su propia música aún teniendo a una compañía disquera que a menudo quería cambiarla. Debora era una total “anti-estrella”. Sus composiciones y voz resultaban casi siempre sugestivas e hipnóticas. ¿Las notas de saxofón? Inolvidables.
Definitivamente una banda americana bastante infravalorada, que no pasó el examen impuesto por los siempre absurdos patrones pre-establecidos de imagen y sonido.
Que buen artículo, felicitaciones. Totalmente de acuerdo, la apariencia de la vocalista, que no era una top model o algo similar, influyó para que los desatinados dueños de las disqueras no le habrieran las puertas a un quinteto lleno de creatividad musical…imaginense todo lo que hubieran podido lograr. “A girl in trouble” es una extrordinaria canción, idem “Never say Never”, y como mbien dices, muchas las conocen, pero no tienen ni idea quien la canta. QUE VIVAN LOS 80’S FOREVER!
En efecto Nelson,
Y esa absurda tendencia la podemos ver actualmente, en toda su magnitud, simplemente con encender la televisión y ver la enorme difusión de la que gozan las ‘estrellas’, mientras que otros tantos talentos sólo obtienen indiferencia.
Por otro lado, menos mal que ahora existe el internet como medio de promoción alternativo… ¿te imaginas qué diferente sería el panorama musical de haber existido desde los ’80?
Gracias por la visita.
Buen articulo Cesar otro si la cancion Never say never de este estupendo grupo era el telon musical de un programa que presentaba artistas del momento en vivo desde un teatro o disco de moda en los 80 en la ciudad de Los angeles, no se si tienes el dato de este sitioque presento entre otros a Spandau Ballet, Roman Holiday band entre otros gracias
Bruno,
No estoy 100% seguro, pero me parece que te refieres al interesante programa de nombre MV3: efectivamente, era transmitido en directo desde discotecas y/o teatros de LA, e iba dirigido a toda la gente que no tenía cable… es decir, a aquellos que no recibían la señal de MTV.
El programa estaba dividido en 3 secciones: videos musicales, números de baile y presentaciones en directo: bandas no muy “populares” en el canal de cable como Oingo Boingo, Psychedelic Furs, Missing Persons, Falco, Heaven 17, Romeo Void y muchas más, desfilaron por allí.
Te dejo con el cover de “never say never” a cargo de los Queens of the Stone Age…
Gracias por la visita.
Gracias Cesar pero creo que el programa era otro ya que en una sola noche se presntaron los roman holliday y spandau ballet me parece que era una disco tipo teatro y la presentaba una chica muy simpatica…otro grupos que se presentaron madness, the alarm, entre otros ochenteros, exitos y seguire buscando
Ok Bruno,
Suerte en la búsqueda y gracias nuevamente por la visita.
Bastante información y muy interesante; sabia muy poco ( o mejor dicho nada) de este grupo, la unica canción que conocía es la de never say never; pero tienen otras tmbn muy chidillas, y q mala onda q no supe de ese especial q le hizo vh1 al grupo, me hubiera gustado verlo…en fin… saludos, excelente articulo!!!
Aunque no estoy seguro de si es posible verlo en su totalidad, hay episodios del especial en los archivos del mismo VH1 aunque si no resides en territorio yanqui no podrás verlos por internet (quizás sí cambiando tu IP), imagino que debido a cuestiones de copyright y prevención de piratería.
Gracias por la visita.
Excelente información, me parecio interesante toda la historia que rodea a esta banda sobre todo lo de su front woman ( Deborah Lyall ) la cual no era una Debora Harris ( blondie ) o una Belinda Carlisle ( The go-go’s) para la época y por lo mismo probablemente ni ella ni su banda logro notoriedad, para mi totalmente importante tener un disco de esta banda en estos momentos. Saludos