David Byrne - Brian Eno

Ayer por la noche, terminando un largo fin de semana por demás agitado, un colega tuvo la cortesía de enviarme el Everything That Happens Will Happen Today, un álbum que devela la magia creada por David Byrne y Brian Eno, y que me transmitió aquella paz y tranquilidad que necesitaba para afrontar, una semana más, la viciosa rutina en la que muchos de nosotros nos vemos envueltos.

Tenía muchas ganas de escuchar este disco pues supone la primera colaboración de estos dos eximios personajes desde la legendaria My Life In The bush Of Ghost, una joya de la música popular puesta a disposición de nuestros oídos a principios de la década de los ’80.

Si hacemos bien nuestras cuentas, Byrne y Eno son dos de los genios más reconocidos actualmente en la música: aún dejando atrás su revolucionario trabajo junto a los Talking Heads, David Bowie o Roxy Music, creo que se les podría citar como dos de los artistas más ‘intelectualmente estimulantes’ de nuestros días.

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Escuchando el disco que nos trae aquí el día de hoy, uno se sorprende al descubrir lo relajante que es. Si hacemos memoria, en el álbum Fear of Music (Talking Heads, 1979) hay un tema llamado “heaven“, del que David diría una vez que “trata de un tranquilo lugar en donde nunca sucede nada“: pues mucho de ello también se puede encontrar aquí.

Totalmente apartado de las cosas en las que hoy se basan la mayoría de canciones, las melodías presentes engrandecen los placeres simples de la vida. Sobre una base de guitarras acústicas y singulares notas de piano, la cálida voz de Byrne hablando de la vida, del hogar, de las flores, de la paternidad, de los ángeles, etc. resulta de lo más reconfortante.

Títulos como “my big nurse“, “everything that happens” o “one fine day“, exploran los infinitos caminos que nuestra vida habría podido recorrer dependiendo de las decisiones que hayamos tomado.

Life is long

A muchos de nosotros siempre nos quedará aquella eterna pregunta: ‘qué hubiera pasado si…?’, pero para Eno y Byrne, ambos bordeando los 60 años de edad, cada tema evoca esa enternecedora nostalgia de lo que pudo ser, y al mismo tiempo, una sorpresa total de haber llegado hasta este punto en sus vidas.

Se percibe un aire que nos dice que las cosas les podrían haber salido de manera muy distinta y que la suerte ha tenido mucho que ver en su actual situación: es como si se sentaran a pensarlo por un segundo y luego dedicaran sus canciones a las personas que no llegaron tan lejos como ellos.

Nada mal para un álbum que surgió casi por accidente: durante una cena, Brian comentó que tenía algunas canciones trabajadas pero que no sabía qué hacer con ellas. David se ofreció a echarles un vistazo e intentar armar la parte lírica.

Strange overtones
Everything That Happens Will Happen Today

Pero no todos los títulos suponen una ‘visita al más allá’ de la mano de melodías tan tranquilizantes: “I feel my stuff“, al ritmo de la guitarra de Phil Manzanera, recuerda por momentos a los Radiohead (que dicho sea de paso, deben su nombre justamente a una canción de los Talking Heads), “strange overtones” está muy tirada al pop-rock y “wanted for life” captura la habilidad vocal de Byrne, aquella que lo hiciera famoso hace ya varias lunas.

Pero eso no es todo: el tema “poor boy” divaga entre lo electrónico, llamando definitivamente la atención por su ‘extrañamente armada’ secuencia de instrumentos, y el broche de oro, “the lighthouse“, literalmente te transmite aquella paz que dicen haber encontrado los creyentes más acérrimos.

Leyendo las notas que aparecen en el folleto del disco, uno puede darse cuenta del por qué de esta incursión en esa especie de ‘ritmos cristianos’.

Apenas empezamos este proyecto nos dimos cuenta de que estábamos logrando algo como gospel electrónico, música que gira en torno a la voz, pero cuyo sonido te transporta a otro sitio, algo que es poco común en este tipo de composiciones.

Este argumento encajó perfectamente con mi gran apego hacia la música gospel que, sin que nadie se diera cuenta, fue inspirada por David y los Talking Heads.

Brian Eno

Estas canciones contienen elementos de nuestros trabajos previos, obviamente, pero puede que algo nuevo haya salido también a la superficie. El tono y las emociones motivadoras en ellas, ¿de dónde provienen? Especialmente en los tiempos que corren. La era Bush no fue particularmente esperanzadora para muchos de nosotros.

Algo de esto, algo en las melodías y letras, como supuse, emergieron de la calidad de la música, así que mi contribución lírica fue una respuesta a lo que sentí que había enterrada en ella. Mi trabajo fue ponerle voz y palabras a lo que originalmente había sido concebido sin ellas. Al final creo que logramos algo que ninguno de los dos hubiéramos podido hacer en solitario

David Byrne
I feel my stuff
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