Música para mis oídos: Alphaville – tu dolor
Mezcla de un buen dominio instrumental con la filosofía de Nietzsche, el arte del viejo mundo, y un más que pretencioso oscurantismo.
Mezcla de un buen dominio instrumental con la filosofía de Nietzsche, el arte del viejo mundo, y un más que pretencioso oscurantismo.
Enrique no buscaba artilugios que hicieran más atractivas las historias de su corazón: eran directas y transparentes, pues así entendía la música.
Lejos quedan aquellas épocas en las que, junto a Galería de Arte y Hombres G, llenaban el mítico Rock-Ola cada vez que se presentaban.